En mi especialidad existen diferentes tipos de tratamiento para cada trastorno que manejamos, NO siempre es lo mismo y como se dice NO es una receta de cocina, claro que el tratamiento que se decida aplicar depende mucho de la experiecia que se tiene en el manejo de cada patologia. En la mayoría de las ocasiones también, depende de hacer un buen diagnóstico y saber aplicar la terapeutica indicada.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de enfermedad mental que tengas, la gravedad y lo que sea más efectivo en tu caso. En muchos casos, combinar tratamientos es lo que mejor funciona.
Si tienes una enfermedad mental leve con síntomas bien controlados, el tratamiento se puede apoyar en un medico familiar y un especialista. Sin embargo, en ocasiones, el enfoque de equipo es más adecuado para asegurar la respuesta a todas tus necesidades psiquiátricas, médicas y sociales. Esto es particularmente importante para las enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia.
Tu equipo de tratamiento
Tu equipo de tratamiento puede comprender:
- Médico de atención primaria o médico de familia
- Enfermera especializada
- Asistente médico
- Psiquiatra
- Psicoterapeuta, por ejemplo, psicólogo o consejero habilitado
- Asistente social
- Integrantes de la familia
Medicamentos
Si bien los medicamentos psiquiátricos por si solos en la mayoria de las ocasiones no curan la enfermedad mental, pero con una alta frecuencia pueden mejorar los síntomas en forma significativa. Los medicamentos psiquiátricos pueden ayudar, además, a la efectividad de otros tratamientos, como la psicoterapia. Los medicamentos más adecuados para ti dependerán de tu situación particular y de la forma en que el cuerpo responda a la medicación.
Los medicamentos psiquiátricos con receta utilizados con mayor frecuencia son los siguientes:
- Antidepresivos. Los antidepresivos se utilizan para el tratamiento de la depresión, la ansiedad y, en ocasiones, otras enfermedades. Pueden ayudar a mejorar algunos síntomas, como la tristeza, la desesperanza, la falta de energía, la dificultad para concentrarse y la falta de interés en las actividades. Los antidepresivos no son adictivos, por lo que no crean dependencia.
- Medicamentos para la ansiedad. Estos medicamentos se utilizan para tratar los trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizado o el trastorno de pánico. También pueden ayudar a reducir la agitación y el insomnio. Los medicamentos contra la ansiedad que se administran a largo plazo son generalmente antidepresivos que también sirven para tratar la ansiedad. Los medicamentos contra la ansiedad de acción rápida brindan alivio a corto plazo pero pueden crear dependencia, por lo que, idealmente, solo deberían utilizarse durante períodos cortos.
- Medicamentos estabilizadores del ánimo. Los estabilizadores del ánimo se utilizan, con mayor frecuencia, para el tratamiento del trastorno bipolar, que supone la alternancia entre episodios de manía y de depresión. En ocasiones, los estabilizadores del ánimo se utilizan con antidepresivos para tratar la depresión.
- Medicamentos antipsicóticos. Los antipsicóticos se utilizan, generalmente, para el tratamiento de trastornos psicóticos, como la esquizofrenia. Los antipsicóticos también se utilizan para tratar el trastorno bipolar o con antidepresivos para tratar la depresión.
Psicoterapia
La psicoterapia, también llamada «terapia de conversación», supone hablar acerca de la enfermedad y de los problemas relacionados con un profesional de salud mental. La psicoterapia te permite conocer tu enfermedad, tus estados de ánimo, sentimientos, pensamientos y conductas. Esa comprensión y ese conocimiento te permiten adquirir capacidades para enfrentar situaciones y controlar el estrés.
Existen muchos tipos de psicoterapia, cada uno con su enfoque para mejorar el bienestar mental. Con frecuencia, la psicoterapia se completa con éxito en pocos meses, aunque en algunos casos puede ser necesario el tratamiento a largo plazo. Puede llevarse a cabo de forma individual, grupal o con los miembros de la familia.
A la hora de escoger a un terapeuta, es importante que te sientas cómodo y confíes en su capacidad de escuchar lo que tienes para decir. Además, es importante que el terapeuta comprenda la historia de vida que te ha convertido en la persona que eres y ha definido la forma en que vives.
Tratamientos de estimulación cerebral
Los tratamientos de estimulación cerebral se utilizan, en algunos casos, para la depresión y otros trastornos de salud mental. Por lo general, se reservan para las situaciones en las que los medicamentos y la psicoterapia no dieron resultado. Entre ellos están comprendidos la terapia electroconvulsiva, la estimulación magnética transcraneal y un tratamiento experimental llamado «estimulación cerebral profunda» o «estimulación del nervio vago».
Asegúrate de comprender los riesgos y los beneficios de cualquier tratamiento recomendado.
Programas de tratamiento hospitalario y residencial
En ocasiones, puede que la enfermedad mental sea tan grave que necesites que te atiendan en un hospital psiquiátrico. Esto se recomienda, por lo general, si no puedes cuidar de ti mismo adecuadamente o si estás en peligro inminente de lastimarte a ti o de lastimar a otra persona.
Las opciones son la hospitalización durante 24 horas, la hospitalización parcial o diurna y el tratamiento residencial, que ofrece un entorno temporal de atención donde vivir. Otra opción puede ser el tratamiento ambulatorio intensivo.
Tratamiento del abuso de sustancias
Con mayor frecuencia, el abuso de sustancias se presenta junto con alguna enfermedad mental. Por lo general, interfiere en el tratamiento y empeora la enfermedad mental. Si no puedes dejar de consumir drogas o alcohol por tus propios medios, necesitas tratamiento. Consulta con el médico acerca de las opciones de tratamiento.
Involúcrate en tu propia atención
Trabaja con tu especialista para decidir juntos cuál es el tratamiento más adecuado en tu caso de acuerdo con tus síntomas y su gravedad, tus preferencias personales, los efectos secundarios de los medicamentos y otros factores. En ciertos casos, la enfermedad mental puede ser tan grave que tenga que ser el médico psiquiatra o un ser querido quien decida acerca de la atención que recibes hasta que estés en condiciones de participar en la toma de decisiones.
Estilo de vida y remedios caseros
En la mayoría de los casos, las enfermedades mentales no mejoran al tratarlas por cuenta propia, sin atención profesional. Sin embargo, hay algunas cosas que puedes hacer para complementar tu plan de tratamiento:
- Cumple con tu plan de tratamiento. No faltes a las sesiones de terapia. Incluso si te sientes mejor, no te saltees los medicamentos. Si los suspendes, los síntomas pueden regresar. Además, podrías tener síntomas parecidos a los de la abstinencia al suspender un medicamento de forma demasiado abrupta. Si los medicamentos que tomas te producen efectos secundarios molestos o si tienes otros problemas con el tratamiento, habla con el médico antes de realizar cambios.
- Evita el alcohol y las drogas. El consumo de alcohol o de drogas recreativas puede dificultar el tratamiento de las enfermedades mentales. Si eres adicto, dejarlos puede ser todo un desafío. Si no puedes dejarlos por tu cuenta, consulta con tu médico o busca un grupo de apoyo para recibir ayuda.
- Mantente activo. El ejercicio puede ayudarte a controlar los síntomas de la depresión, el estrés y la ansiedad. La actividad física también puede contrarrestar los efectos de algunos medicamentos psiquiátricos que pueden causar aumento de peso. Considera caminar, nadar, realizar tareas de jardinería o cualquier forma de actividad física que disfrutes. Incluso la actividad física moderada puede marcar una diferencia.
- No tomes decisiones importantes cuando tengas síntomas intensos. Evita tomar decisiones cuando estés atravesando los síntomas de la enfermedad mental, dado que es posible que no puedas pensar con claridad.
- Establece prioridades. Puedes reducir el impacto de la enfermedad mental al administrar tu tiempo y tu energía. Cuando sea necesario, restringe tus obligaciones y fíjate metas razonables. Permítete hacer menos cosas cuando los síntomas empeoran. Te puede ser útil hacer una lista de tareas diarias o usar una agenda para estructurar tu tiempo y mantenerte organizado.
- Aprende a adoptar una actitud positiva. Centrarte en las cosas positivas de la vida puede mejorar tu vida e incluso tu salud. Intenta aceptar los cambios cuando ocurren y mantener los problemas en perspectiva. Las técnicas para el control del estrés, como los métodos de relajación, te pueden ayudar.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Afrontar una enfermedad mental puede ser difícil. Habla con tu médico o terapeuta sobre cómo mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos o situaciones, y ten en cuenta estos consejos:
- Aprende acerca de la enfermedad mental. Tu médico o terapeuta puede facilitarte información o recomendarte clases, libros o sitios web. Involucra a tu familia también; eso puede ayudar a las personas que se preocupan por ti a comprender lo que te está pasando y aprender a ayudarte.
- Únete a un grupo de apoyo. Conectarte con otras personas que estén afrontando desafíos similares puede ser de ayuda. Los grupos de apoyo para personas con enfermedades mentales están disponibles en numerosas comunidades y en Internet. Un buen lugar para comenzar es la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales).
- Mantente en contacto con tus amigos y familiares. Intenta participar en actividades sociales y reunirte con familiares o amigos periódicamente. Pide ayuda si la necesitas y sé sincero con tus seres queridos acerca de cómo te sientes.
- Lleva un diario personal. Llevar un registro de tu vida personal puede ayudarte y ayudar al profesional de salud mental a identificar lo que desencadena o mejora tus síntomas. También es una forma saludable de explorar y expresar el dolor, la ira, el miedo y otras emociones.
Fuente.- https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/mental-illness/diagnosis-treatment/drc-20374974