Ahora que se celebra el día mundial para la prevención del suicidio tenemos una batalla frontal, es una situación cada día mas frecuente en nuestra entidad, la cual repercute en nuestras emociones, siendo difícil comprender el porque una persona puede encontrar alivio al terminar con su existencia, lo cual en ocasiones ven como una solución a sus problemas, en otras ocasiones un acto de puro impulso el cual debe de ser contenido por la red de apoyo familiar, medica o amistosa.
Dejo este articulo para su revisión y que hagamos conciencia de que y como comportarnos con alguien que nos manifiesta la idea de morir o de querer morir mejor dicho.
Todos los que somos especialistas en esta área de la Salud mental, nos enfrentamos a esta situación en nuestra consulta y debemos identificarla e instruir a los que rodean al paciente (familiares o amigos), a detectar el riesgo de la «conducta suicida», existen un grupo de criterios erróneos en relación a esto y un criterio científico, es decir, un criterio basado en la experiencia y estudio de este tipo de situación de difícil manejo.
A continuación enlisto algunos de ellos, la fuente esta citada aquí como se debe:
«Criterios erróneos y científicos sobre suicidio.
Fuente: FAISEM. Protocolo de intervención en crisis, 2006″
Criterio Equivocado:
La persona que se quiere
matar no lo dice.
Criterio Científico:
De cada diez personas que se suicidan, nueve
de ellas dijeron claramente sus propósitos
y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar
con su vida.
Criterio Equivocado:
La persona que lo dice no
lo hace.
Criterio Científico:
Toda persona que se suicida expresó con palabras,
amenazas, gestos o cambios de conducta
lo que ocurriría.
Criterio Equivocado:
Las personas que intentan
el suicidio no desean morir,
sólo hacen el alarde.
Criterio Científico:
Aunque no todas las personas que intentan
el suicidio desean morir, es un error tildarles
de alardosos, pues son personas a las cuales
les han fracasado sus mecanismos útiles de
adaptación y no encuentran alternativas, excepto
el atentar contra su vida.
Criterio Equivocado:
Si de verdad se hubiera
querido matar, se hubiera
tirado delante de un tren.
Criterio Científico:
Toda persona con riesgo suicida se encuentra
en una situación ambivalente, es decir, con
deseos de morir y de vivir. El método elegido
para el suicidio no refleja los deseos de morir
de quien lo utiliza, y proporcionarle otro de
mayor letalidad es calificado como un delito
de auxilio al suicida (se le ayuda a que lo cometa),
penalizado en el Código Penal vigente.
Criterio Equivocado:
La persona que se repone
de una crisis suicida no corre
peligro alguno de recaer.
Criterio Científico:
Casi la mitad de las personas que atravesaron
por una crisis suicida y consumaron el suicidio,
lo llevaron a cabo durante los tres primeros
meses tras la crisis emocional, cuando
todos creían que el peligro había pasado.
Criterio Equivocado:
La persona que intenta el
suicidio estará en ese peligro
toda la vida.
Criterio Científico:
Entre el 1% y el 2% de las personas que intentan
el suicidio lo logran durante el primer
año después del intento y entre el 10% al
20% lo consumarán en el resto de sus vidas.
Una crisis suicida dura horas, días, raramente
semanas, por lo que es importante reconocerla
para su prevención.
Criterio Equivocado:
Toda persona que se suicida
está deprimida.
Criterio Científico:
Aunque toda persona deprimida tiene posibilidades
de realizar un intento de suicidio o un
suicidio, no todas las que lo hacen presentan
este desajuste. Pueden padecer esquizofrenia,
alcoholismo, trastorno de personalidad, etc.
Criterio Equivocado:
Toda persona que se suicida
es un enfermo mental.
Criterio Científico:
Las personas con enfermedades mentales se
suicidan con mayor frecuencia que la población
en general, pero no necesariamente hay
que padecer un trastorno mental para hacerlo.
Pero no caben dudas de que toda persona
con riesgo es una persona que sufre.
Criterio Equivocado:
El suicidio se hereda.
Criterio Científico:
No está demostrado que el suicidio se herede,
aunque se puedan encontrar varios
miembros de una misma familia que hayan
terminado sus vidas por suicidio. En estos
casos lo heredado es la predisposición a padecer
determinada enfermedad mental en
la cual el suicidio es un síntoma principal,
como por ejemplo, los trastornos afectivos y
las esquizofrenias.
Criterio Equivocado:
El suicidio no puede ser prevenido
pues ocurre por impulso.
Criterio Científico:
Toda persona antes de cometer un suicidio
evidencia una serie de síntomas que han
sido definidos como síndrome pre-suicidio,
consistente en constricción de los sentimientos
y el intelecto, inhibición de la agresividad,
la cual ya no es dirigida hacia otras
personas, reservándola para sí, y la existencia
de fantasías suicidas; todo lo que puede
ser detectado a su debido tiempo y evitar
que se lleven a cabo sus propósitos.
Criterio Equivocado:
Al hablar sobre el suicidio con
una persona en este riesgo se
le puede incitar a que lo realice.
Criterio Científico:
Está demostrado que hablar sobre el suicidio
con una persona en tal riesgo en vez de incitar,
provocar o introducir en su cabeza esa idea,
reduce el peligro de cometerlo y puede ser la
única posibilidad que ofrezca el sujeto para el
análisis de sus propósitos autodestructivos.
Criterio Equivocado:
El acercarse a una persona en
crisis suicida sin la debida preparación
para ello, sólo mediante
el sentido común, es perjudicial
y se pierde el tiempo para
su abordaje adecuado.
Criterio Científico:
Si el sentido común nos hace asumir una
postura de atenta y paciente escucha, con
reales deseos de ayudar a la persona en crisis
a encontrar otras soluciones que no sean
el suicidio, se habrá iniciado la prevención.
Criterio Equivocado:
Sólo los psiquiatras pueden
prevenir el suicidio.
Criterio Científico:
Es cierto que los psiquiatras son profesionales
experimentados en la detección del
riesgo de suicidio y su manejo, pero no son
los únicos que pueden prevenirlo. Cualquiera
interesado en auxiliar a personas en esta
situación de riesgo puede ser un valioso colaborador
en su prevención.
Familiar o allegado/a de la persona que está en riesgo
Éstas son algunas de las formas de ayudar a una persona que expresa su intención de cometer un suicidio:
Valore la situación seriamente.
Sea directo/a.Hable clara y abiertamente sobre el suicidio.
Exprésele su preocupación.
Muéstrese dispuesto/a a escuchar. Deje que la persona hable de sus
sentimientos.
Acepte sus sentimientos. No los juzgue. No cuestione si el suicidio es o no correcto. No dé sermones sobre el valor de la vida.
Acérquese y muestre que está disponible. Demuestre interés y ofrezca su apoyo.
No desafíe a la persona a que lo haga.
Tranquilice a la persona.
No se muestre espantado/a. Eso no hará sino poner distancia entre los dos.
No prometa confidencialidad. Busque ayuda entre sus familiares y personas allegadas.
Explique que hay alternativas disponibles pero no dé consejos fáciles.
Adopte medidas prácticas: retire o controle todos los elementos que puedan suponer un riesgo.
Si es posible, no deje sola a la persona. Evite, sin embargo, situaciones de excesivo control.
Busque ayuda profesional e informe de si existe algún antecedente familiar de suicidio.
Involucre a otras personas significativas que puedan contribuir a superar esta situación.
bibliografía
Consejería de Salud. II Plan Integral de Salud Mental de Andalucía 2008-
2012. Sevilla: Junta de Andalucía, 2008.
FAISEM. Plan de Calidad 2006-2010. Sevilla: Junta de Andalucía, 2006.
http://www.faisem.es/ficheros/Plan_Calidad.pdf
FAISEM. Guía para la elaboración del Protocolo de Intervención en Crisis,
Urgencias y Emergencias. En FAISEM. Plan de Calidad 2006-2010.
Sevilla: Junta de Andalucía, 2006 (págs. 127-129).
http://www.faisem.es/ficheros/Plan_Calidad.pdf
FEAFES (Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas
con Enfermedad Mental). Afrontando la Realidad del suicidio (Guía
para pacientes). Disponible en http://www.feafes.com
OMS. Departamento de Salud Mental y Toxicomanías. Un instrumento
para trabajadores de atención primaria de salud. Ginebra: OMS, 2000.
http://www.who.int/mental_health/media/en/59.pdf
Pérez Barrero, SA. El suicidio, comportamiento y prevención. Santiago de
Cuba: Ed. Oriente, 1996.