Escrito interesante sobre la importancia de un manejo integral en cuanto a adicción a sustancias se refiere, considerando siempre el enfoque biológico y psicológico del individuo. Al final del tema la fuente.
TRATAMIENTOS CONTRA LAS DROGAS SIN SÍNDROME DE ABSTINENCIA
La adicción a las drogas es un problema de salud muy grave que sin embargo no siempre recibe tratamiento, con las consiguientes consecuencias en la salud de los adictos, el sufrimiento en su entorno familiar y social, los riesgos en los ambientes educativos y juveniles, la violencia asociada, o los costes en salud pública por las enfermedades relacionadas por no actuar adecuadamente contra la adicción a las drogas. En muchos casos la ausencia de tratamiento contra las drogas benzodiacepínicas se debe a concepciones erróneas sobre lo que es la adicción. Todavía para mucha gente la adicción es una cuestión de decisión personal, es decir, el adicto lo sería porque quiere consumir mucha droga, o es un asunto de falta de carácter, y así el adicto no deja de consumir drogas porque no tiene fuerza de voluntad.
Detrás de estas concepciones está la creencia de que abandonar la adicción a sustancias químicas está enteramente en las manos (en la voluntad) de la persona adicta.
Pero la realidad es que la adicción, más allá de la decisión y la voluntad, es una enfermedad que escapa al control del adicto. El paso para iniciar un tratamiento contra las drogas, a menudo, no se plantea por su propia iniciativa, porque con el consumo prolongado de drogas o alcohol, el cerebro experimenta cambios bioquímicos que modifican los comportamientos, pensamientos y sentimientos del consumidor, y que producen, entre otros efectos, un deseo compulsivo e incontrolable de consumir droga. Esto implica que el adicto difícilmente puede controlar ese deseo producto del daño cerebral producido por la droga, que además conlleva una pérdida de la capacidad para autoevaluar los daños que el consumo le está provocando y para dirigir su conducta hacia el abandono del consumo abusivo de drogas.
Por tanto, la adicción es una enfermedad cerebral. Una enfermedad que se puede tratar y de la que hay recuperación.
Hoy en día, gracias a las investigaciones y las nuevas tecnologías, cada vez se sabe más acerca de cómo actúan las drogas en el cerebro y los efectos que producen, lo que permite desarrollar tratamientos contra las drogas y fármacos adecuados para que el adicto recupere el control de su vida.
El tratamiento contra las drogas comienza con un diagnóstico que comprende la evaluación de los factores biológicos, sociales y psicológicos que interactúan en la enfermedad de cada persona, y que implica exámenes y análisis médicos y psicológicos. Tras el diagnóstico y el diseño del proceso a seguir, el tratamiento implica una desintoxicación. Pero aquí es importante señalar que la desintoxicación se puede entender de diversas maneras.
En los tratamientos contra las drogas tradicionales, la desintoxicación se centra en el control de los síntomas más evidentes de la adicción, esto es, en el control del síndrome de abstinencia. Según esta concepción, tratar una adicción significa solamente limpiar el organismo de la droga. Sin embargo la desintoxicación, tal y como se entiende en tratamientos avanzados de la adicción, implica no sólo la eliminación de los síntomas de la abstinencia, sino también y de manera fundamental la recuperación de los daños cerebrales causados por la droga o el alcohol, y de las funciones cognitivas y afectivas que han sufrido alteraciones.
Desde esta segunda concepción, más que hablar de desintoxicación es hablar de neurorregulación, es decir, tratar una adicción significa limpiar el organismo y reparar los daños cerebrales que esta adicción ha causado.
Estas dos maneras de entender la recuperación de la adicción se pueden ejemplificar así: Cuando una persona se rompe un hueso, es decir, sufre una fractura, se puede tratar el dolor, hacer que desaparezca, pero eso no quiere decir que se haya curado si a la vez el hueso no es reparado para que recupere su funcionalidad.
Esto no quiere decir que no sea importante tratar los síntomas de la abstinencia cuando se deja de consumir drogas o alcohol, ya que de hecho, el síndrome de abstinencia es un reto y un obstáculo para la recuperación de la adicción. Un síndrome que ocurre porque el organismo se ha acostumbrado a la presencia de las drogas (se ha vuelto dependiente) y el cerebro deja de producir las sustancias químicas naturales que la droga reemplaza. Es decir, el organismo depende de la droga para funcionar “normalmente”, y por eso cuando se deja de consumir dicha droga después de un tiempo prolongado de consumo, el organismo no cuenta ni con las sustancias químicas naturales que ha dejado de producir, ni con el sustituto químico que supone la droga y, por tanto, sufre alteraciones. Alteraciones que se experimentan como síntomas opuestos a los efectos de la droga, con gran malestar, y que sólo desaparecen, si no hay tratamiento adecuado contra la droga, cuando se vuelve a consumir.
De hecho, el síndrome de abstinencia se convierte en el principal miedo cuando se quiere abandonar el consumo de drogas, así como en el principal riesgo de recaída, por la necesidad de aliviar el malestar que produce dicha abstinencia.
Pero más allá de la desintoxicación o retirada de la droga del organismo, es necesario recuperar las zonas del cerebro que han sido dañadas por la adicción, es decir, es necesario que haya una recuperación neuronal.
Esta recuperación neuronal se hace hoy en día por medio de una avanzada intervención farmacológica llevada a cabo por profesionales de la medicina, psicología y enfermería y con un control continuo del paciente en un entorno hospitalario. Mediante el procedimiento de neuroadaptación, se actúa en los receptores cerebrales y en sistemas y estructuras como la vía que conecta el área ventral tegmental mesencefálica con el núcleo accumbens, en los ganglios basales, estructuras que además están asociadas con el síndrome de abstinencia, por lo que, al intervenir en la recuperación de estas áreas, se previene la aparición de síntomas de abstinencia.
Así, por un lado, la recuperación de las estructuras cerebrales permite la eliminación de los síntomas de abstinencia y permite que desaparezca el ansia, el deseo irrefrenable de consumir droga. Y por otro lado, esta intervención, al recuperar las funciones cerebrales alteradas por la droga, hace que se restauren procesos avanzados de cognición y afectividad, como la capacidad de atención, la capacidad para leer, la conciencia o la serenidad.
Bajo estas condiciones, el tratamiento contra las drogas tiene varios logros inmediatos: proporciona un abandono seguro bajo control médico y psicológico de la adicción a drogas o alcohol; permite una abstinencia sin síndrome de abstinencia, es decir, sin sufrimiento; recupera en el paciente procesos cognitivos y afectivos que habían sido alterados; y permite que el paciente tenga una buena disposición, por no haber pasado por un tratamiento con el malestar de la abstinencia, para tomar el control de una vida libre de adicciones.
Página Fuente.- http://www.tratamiento-drogas.com/