Reacción al estrés grave y trastornos de adaptación

 

Trastornos identificables no solo en base a su sintomatología y evolución, sino también a la existencia de una u otra de las siguientes dos influencias causales: un suceso vital excepcionalmente estresante, que produce una reacción aguda de estrés, o un cambio vital significativo, que induce circunstancias desagradables prolongadas, lo cual da como resultado un trastorno de adaptación. Aunque el estrés psicosocial menos grave (“sucesos vitales”) puede precipitar el inicio o contribuir a la presentación de una amplia diversidad de trastornos clasificados en otras partes de este capítulo, su importancia etiológica no siempre es clara, y en ellos, el cuadro depende de la vulnerabilidad individual, a menudo idiosincrásica del paciente. Es decir, los sucesos vitales no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición y la forma del trastorno. Por el contrario, se considera que los trastornos aquí agrupados surgen siempre como consecuencias directas del estrés agudo grave o del trauma prolongado. El suceso estresante o las circunstancias desagradables prolongadas constituyen el factor causal primario y esencial, al punto de que el trastorno no habría tenido lugar sin estos impactos. Los trastornos en esta categoría pueden ser considerados así, como respuestas adaptativas, pero patológicas, al estrés grave o prolongado, en el sentido de que interfieren con los mecanismos de adaptación normales, por lo cual inducen un deterioro del funcionamiento social del paciente.

Reacción al estrés agudo

Trastorno transitorio que se desarrolla en una persona que no tiene ningún otro trastorno mental aparente, en respuesta a un estrés físico y mental excepcional y que habitualmente remite en un lapso de horas o de días. En la aparición y en la gravedad de las reacciones agudas de estrés, desempeñan un papel la vulnerabilidad individual y la capacidad de adaptación de la persona. Los síntomas configuran un cuadro típicamente cambiante y mezclado que comprende un estado inicial de “aturdimiento”, con cierta constricción del campo de la conciencia y con estrechamiento de la atención, incapacidad para captar estímulos y desorientación. Este estado puede ser seguido tanto de un aislamiento ulterior de la situación circundante (incluso hasta el grado de un estupor disociativo), como agitación e hiperactividad (reacción de fuga). Con frecuencia hay signos autonómicos de pánico grave (taquicardia, sudor, rubor). Habitualmente los síntomas aparecen minutos después del impacto del estimulo o suceso estresante, y desaparecen en el lapso de dos o tres días (y a menudo, en horas). Puede haber amnesia total. Si los síntomas persisten, debe considerar un cambio de diagnostico.

Incluye:

  • Choque psíquico
  • Fatiga de combate
  • Reacción aguda de estrés
  • Reacción de crisis aguda

 

Trastorno del estrés post- traumático

Surgen como respuesta retardada o tardía a un suceso o a una situación estresante (de corta o larga duración) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que probablemente causarían angustia generalizada a casi cualquier persona. Los factores predisponentes, como los rasgos de la personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos), o una historia de males neuróticos previos, pueden incidir en una reducción del umbral tras el cual se desarrolla el síndrome, o se agrava su evolución, pero ninguno de estos antecedentes es necesario ni suficiente para explicar su aparición. Entre sus características distintivas se encuentran los episodios repetidos en que se revive el trauma a través de recuerdos intrusos (“retrospectivitas”), sueños o pesadillas que ocurren sobre un fondo persistente de “torpor” y de aplantamiento emocional, de desapego de los demás, de falta de respuesta a las circunstancias, de anhedonia y de impedimento de las actividades y de las situaciones que le recuerdan el trauma. Habitualmente hay un estado de alerta excesivo en la esfera automática, con hipervigilancia, un incremento de la reacción de alarma e insomnio. La ansiedad y la depresión se asocian con frecuencia con los síntomas y los signos descritos, y no son infrecuentes las ideas suicidas. El comienzo del trastorno sigue a la ocurrencia del trauma con un periodo de latencia que puede variar desde pocas semanas a unos meses. La evolución es fluctuante, aun cuando en la mayoría de los casos se puede esperar una recuperación. En una pequeña proporción de los casos la afección puede presentar un curso crónico de varios años, con un eventual cambio perdurable de la personalidad.

 

 

Trastornos de adaptación

Estados de angustia y de perturbación emocional, que habitualmente interfieren con el funcionamiento y el desempeño social, que surgen en la fase de adaptación a un cambio vital significativo o a un suceso vital estresante. El factor estresante puede haber afectado la integridad de la red de relaciones sociales de la persona (duelo, experiencias de separación), puede haber alterado el sistema más amplio de sus fundamentos y valores sociales (migración, condición de refugiado), o bien, puede haber representado una transición o una crisis importante en su desarrollo (ingreso a la escuela, paternidad, fracaso en la obtención de una meta personal esperada, jubilación). La predisposición o la vulnerabilidad individual desempeñan un papel importante en el riesgo de presentación y en la configuración de las manifestaciones de los trastornos de adaptación, si bien se acepta que la afección no habría surgido sin la acción del factor estresante. Las manifestaciones varían, incluyen depresión del humor, ansiedad o preocupación (o una mezcla de ambas), sentimiento de incapacidad para arreglárselas, para planificar el futuro o para continuar en la situación actual, como también cierto grado de deterioro en la ejecución de la rutina diaria. Puede haber rasgos de trastornos de la conducta asociados, especialmente en los adolescentes. El rasgo predominante puede consistir en una reacción depresiva breve o prolongada o en una perturbación de otras emociones y de la conducta.

Incluye:

  • Choque cultural
  • Hospitalismo en niños
  • Reacción de duelo

Los síntomas de estrés 
Algunos signos de exceso de estrés incluyen:

El aumento de la irritabilidad
Intensificación de la sensibilidad a la crítica
Los signos de tensión, como morderse las uñas
Dificultad para conciliar el sueño y la vigilia en la mañana
Beber y fumar más
Indigestión
Pérdida de la concentración

Es importante actuar para aliviar el estrés perjudicial antes de que afecte su salud física o mental.

Lidiar con el estrés 
El secreto de manejar el estrés es cuidar de sí mismo y, cuando sea posible, eliminar algunas de las causas de estrés. Si usted comienza a sentir demasiada presión o estrés, es aliviante darse un respiro, por más pequeño que sea.

Tómese un día libre del trabajo, de las tareas domésticas, de la familia y todo lo que ejerce presión sobre usted. Pase el día haciendo sólo cosas relajantes que le hagan sentir bien. Puede hacerle muy bien, ya que reduce el estrés y mejora su bienestar.

Algunas maneras de lidiar con el estrés: 

Aceptar las ofertas de ayuda
Haga una cosa a la vez – no siga acumulando el estrés sobre el estrés
Conozca sus límites propios – no sea demasiado competitivo o espere demasiado de sí mismo
Hable con alguien
Aléjese de las situaciones de estrés
Trate de pasar tiempo con personas que son gratificantes en lugar de personas que critican y juzgan
Practicar la respiración lenta usando la parte inferior de los pulmones
Usar técnicas de relajación

Una de las respuestas al estrés puede ser la ira.

Acerca de Dr.Puente

Medico Psiquiatra Psicoterapeuta, Certificado por el Consejo Mexicano de Psiquiatría, Miembro Fundador del Colegio de Psiquiatría y Psicofarmacología de Monterrey, Presidente de la Asociación Psiquiátrica del Noreste 2019-2020, Miembro activo de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, Investigador Principal Psiquiatra en el CENTRO DE ESTUDIOS CLINICOS Y ESPECIALIDADES MEDICAS en Monterrey Nuevo León, Practica Privada en el Hospital San Lucas de Monterrey Consultorio No. 322. Tel.- 88802586, 80648662 y 8182541004
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3 respuestas a Reacción al estrés grave y trastornos de adaptación

  1. eva garcía dijo:

    excelente artículo, me ayudó a entender que yo caigo en este trastorno, tomaré en cuenta las sugerencias, gracias

  2. Elena Ramirez dijo:

    Es un articulo muy interesante. Pues en estos tiempos quien no se estresa. Es importante sepamos como manejarlo para no afectar como ciertamente lo dice nuestra salud física y mental.

  3. Dr.Puente dijo:

    Así es!, gracias por tu comentario. Saludos.

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